OBSERVACIONES PANAMÁ GASTRONÓMICA: PARTE 1
Pobrecito. Nadie saludo a Nicholas Gill. Este periodista, bloguero, gastrónomo y creador del New World Review apareció desapercibido en el Congreso "Chefs Unplugged" durante Panamá Gastronómica 2013.
A pesar de dividir su vida entre Lima y Nueva York, y escribir activamente en The New York Times, New York Magazine, The Wall Street Journal y Condé Nast Traveler, catalogando la evolución de la comida latinoamericana, nadie le paró bola. Toda la atención se la llevó el viernes por la mañana Ignacio Medina. Como una figura bastante parecida a Anton Ego de "Ratatouille," los chefs, los estudiantes y el resto de la audiencia lo recibieron con una reverencia digna de la reina de Inglaterra.
Anton Ego ofrece sus observaciones en "Ratatouille" (Foto: VillageVoice.com) |
Este ex-crítico de restaurantes de El País y fundador de la revista gastronómica peruana Gran Reserva, fue cedido un espacio entre la presentación del chef Mario Castrellón y el chef Charlie Collins el viernes por la mañana. El Sr. Medina habló de su trayectoria por el continente, de sus descubrimientos y de su pasión por la cocina latina. Le lanzaron una pregunta softból, "¿qué le había impresionado de Panamá?" Y el respondió que el café (Geisha, of course!) y la comida afroantillana. El Sr. Medina no tiene la culpa de haber impresionado tanto al público. Aún exhibimos un cierto tipo de provincialismo cuando el extranjero se fija en nosotros. Y es una lástima, porque irónicamente el Sr. Medina ofreció, "la cocina sólo hay dos, la buena y la mala. Cocinar lo del país no es comida ni de cholos o ni de pobres. Pierdan la vergüenza."